jueves, 27 de enero de 2011

Conversación con... Ralf Rabus

“Estas bacterias fueron descubiertas por unos investigadores novatos en los 90, entre los cuales me encontraba yo”


Son las doce del medio día y nos encontramos con Ralf Rabus (un investigador alemán de Química y Biología Marina de la Universidad de Oldenburgo) enfrente de la Puerta del Sol de Madrid, justamente en el Museo del Jamón. Hace mucho tiempo que no me pasó por esta zona, aproximadamente desde que está en obras. No acercamos a la puerta, vemos si está abierto y nos instalamos en una mesa con unas vistas donde podemos apreciar la Estatua del Oso y el Madroño.


Mientras esperamos nuestros pedidos, puedo apreciar cómo Ralf se queda fijamente mirando una mancha de gasolina en la carretera y de repente me comenta: “¿Ves esa mancha de allí? En esa pequeña proporción podemos encontrar una posible solución a los vertidos de crudo sobre los océanos”. En ese momento me quedo pensativo, pero de repente: “Aquí tienen los señores”. Era la camarera que nos trae los pinchos de lomo al whisky y las bebidas, una Coca-cola para mí y una tónica para nuestro invitado.

Mientras comemos, le pregunto: “¿Qué proyecto tienes entre manos?”. “Actualmente estamos trabajando muy duro para poder desarrollar una técnica de limpieza de playas a través de unas bacterias que viven en los hidrocarburos”, explica con una gran ilusión. “¿El descubrimiento de estas bacterias es nuevo o ya se sabia de su existencia?”, pregunto con un tono relativamente bajo como si se tratase de un secreto de estado. “Estas bacterias fueron descubiertas por unos investigadores novatos en los 90, entre los cuales me encontraba yo”, deja salir una gran sonrisa al ver lo lejos que había llegado desde aquel descubrimiento.

Finalmente después del tentempié en ese fantástico lugar como es el Museo del Jamón, llamé a la camarera que nos sirvió: “Por favor ¿nos podrías traer la cuenta?”. Mientras esperábamos le hago una última pregunta: “¿Cuánto tardan en comerse una cantidad determinada de crudo estas bacterias?”. Se quedó pensativo y fijó la mirada en unos jamones colgados en la pared: “Teniendo en cuenta que su proceso de reproducción es muy lento, desde unos días a meses, podemos observar que su consumo de hidrocarburos es muy lento, pero actualmente trabajamos la manera de acelerar ese proceso”. En ese momento llega la cuenta, nos levantamos los dos y nuestro investigador hace el amago de sacar la cartera, desgraciadamente fui más rápido.


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