viernes, 28 de enero de 2011

Charla con… Carme Cubarsi

“…los médicos con los que trabajo nunca desacreditan la medicina natural delante de mí…”


“Soy enfermera de vocación”, responde tras preguntarle por su profesión, mientras nos dirigimos a su despacho. Carme Cubarsi trabaja en el Centro de Atención Primaria de Blanes desde hace 25 años y es propietaria de la herboristería y dietética VITAL desde hace 16.

“¡Siéntate en el taburete, que tú eres más joven!”, bromea ofreciéndomelo para continuar la entrevista. Es una mujer amable, educada y atenta que tras dudar un segundo responde “No, no creo” cuando le pregunto si hubiera decidido dedicarse a la medicina alternativa, si cuando estudiaba se hubiera utilizado más.

Algo no muy común en su profesión, esta enfermera trabaja en las dos vertientes de la medicina; la tradicional y la natural. Opina “que el uso de una no es excluyente de la otra sino que deberían compaginarse”. Se levanta a por un vaso de agua; tiene sed. Vuelve con una botella y dos vasos. “De hecho,” continúa, “muchos de los pacientes que atiendo en el ambulatorio, los encuentro de nuevo en la tienda que acuden a por algo más natural”, “y además son bastante fieles a estas terapias”, añade con el índice levantado y una leve sonrisa en los labios. ¿Y a qué cree que es debido? “Pues… a que confían bastante en ellas, en lo que les podemos dar… y probablemente, el hecho de que ya me conocen del CAP”. Bebe un sorbo de agua mientras le pregunto por sus compañeros médicos y enfermeros. Ella, dejando el vaso en la mesa, contesta: “los médicos con los que trabajo, que me conocen y saben que tengo la tienda, nunca desacreditan la medicina natural delante de mí, porque saben que también estoy en este otro mundo”.

Carme, decidida y segura de su opinión positiva sobre la medicina natural, explica por qué los profesionales de la salud tienden a opinar en contra. Así pues, “es debido a que no les enseñan fitoterapia, y su formación se basa únicamente en la evidencia. Bueno, debo decir que algunas veces han venido pacientes a la tienda aconsejados por otros médicos y enfermeros” corrobora satisfecha. “La gente cada vez más, se convence de los beneficios de la medicina alternativa y se conciencia de los efectos negativos de la convencional”, contesta ella tras preguntarle por el aumento de la primera. Carme continúa “la gente se va mentalizando de esto e intenta tomar productos que sabe que no le alteraran su organismo y que puede tomar durante mucho tiempo sin ningún riesgo”.

“¡Claro!”, exclama cuando le pregunto el porqué del mayor uso de medicina tradicional en lugar de la alternativa si ésta no tiene efectos secundarios.

Seria y firme añade “En mi opinión, la medicina natural debería también entrar por el Seguro”. ¿Por qué? “Pues porque de este modo, la gente tendría una opción alternativa para su cuerpo, y no estaría obligada a tomar productos químicos si no tienen una economía lo suficientemente buena como para poder utilizar la alternativa. Creo que las personas tienen todo el derecho”.

En el despacho, hace un poco de frío. Mientras se levanta a por el jersey verde del colgador, afirma y aclara que “tanto en la medicina alternativa como en la tradicional, se debe creer en ella para que sea efectiva. Si estás deprimida, ya pueden atiborrarte a pastillas que si no crees en aquello que tomas… ¡no tiras!”, ejemplifica la enfermera ya con el jersey puesto.

Tras agradecerle toda su atención, llegan unos amigos que la esperan. No obstante, me ofrece que acuda a ella si necesito más ayuda. Nos despedimos y vuelvo a casa, mientras ella se queda conversando con sus compañeros.

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